jueves, 21 de febrero de 2013

                     


                 El caso de Juan II





 Juan es un niño de un año y medio y aun no camina. Ana su maestra de la escuela infantil     esta  muy preocupada porque sus compañeros de clase con la misma edad han empezado a dar sus primeros pasos y algunos tienen una considerable autonomía.
   Es verdad que los niños se desarrollan a ritmos diferentes, pero la mayoría sigue una misma cronología general. Si el niño no parece estar alcanzando las metas normales de desarrollo alrededor de la edad media en que debería de hacerlo, háblalo con tu pediatra lo antes posible.
Puede que no sea nada. Sin embargo, si el niño realmente esta retrasado en algún área de desarrollo, cuanto antes lo detectas mejor, así podrás empezar enseguida el tratamiento adecuado. 
El niño comenzará a andar cuando su sistema neurálgico madure y su musculatura de espalda, piernas y glúteos se fortalezca. Ahora bien, eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos y esperar a que lo haga.
  En primer lugar hemos de tener en cuenta que para el niño que gatea, ponerse de pie supone un reto magnifico. Y si ya domina la técnica del gateo, y se encuentra cómodo y a gusto con ella:¿ por que complicarse aprendiendo a caminar?Debemos ser pacientes y acompañar sus pequeños progresos al ritmo que el 
niño imponga.
                                                            
                                         
Una caída, o un golpe fuerte en los primeros intentos, puede crearle inseguridad y miedo: golpes y porrazos de diferente calidad son inevitables e incluso necesarios al principio. La mayoría no suelen tener consecuencias graves. La actitud de los padres y educadores ante caída es muy importante, porque el niño percibirá si les preocupa o no, si se asusta o no, y de estas reacciones dependen los miedos que pueda adquirir el niño. Por lo general no hay que dar importancia a las caídas en las que el niño no le ocurre nada. Debemos atenderle, si, pero no hacer de ello un drama.
En relación con este ultimó aparece el siempre difícil y polémico tema de sobreprotección: en general debemos dejarle la máxima libertad de movimientos posible, que pruebe, que experimente, que se caiga las veces que sean necesarios...
Por lo que nuestra preocupación se centrará sobre todo el entorno: con el objetivo de eliminar todos los obstáculos y peligros que puedan entorpecer sus progresos.
No hay que olvidar el peso de la herencia, si alguno de los papas fueron tardones a la hora de aprender a andar,¿ por qué extrañarnos y alarmarnos cuando nuestro hijo también se muestra perezoso?
Aunque parezca un contrasentido algunos niños cuya talla y peso están por encima del percentil que corresponde a su edad, es decir, los niños ¨grandotes´´ presentan dificultades a la hora de aprender a andar.
Tened en cuenta que cualquier enfermedad o molestia le distraerá de estas tareas. Si está o ha estado enfermo habrá que dejarle que se recupere y no insistir con la practica.
En general: sólo debemos preocuparnos si evidenciamos un retraso en la marcha, cuando éste se asocia a otros problemas.

viernes, 15 de febrero de 2013

               

                               El caso de Juan



         Juan es un niño de un año y medio y aun no camina. Ana su maestra de la escuela infantil     esta  muy preocupada porque sus compañeros de clase con la misma edad han empezado a dar sus primeros pasos y algunos tienen una considerable autonomía.
       Es verdad que los niños se desarrollan a ritmos diferentes, pero la mayoría sigue una misma cronología general. Si el niño no parece estar alcanzando las metas normales de desarrollo alrededor de la edad media en que debería de hacerlo, háblalo con tu pediatra lo antes posible.
Puede que no sea nada. Sin embargo, si el niño realmente esta retrasado en algún área de desarrollo, cuanto antes lo detectas mejor, así podrás empezar enseguida el tratamento adecuado.
     El niño comenzará a andar cuando su sistema neurálgico madure y su musculatura de espalda, piernas y glúteos se fortalezca. Ahora bien, eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos y esperar a que lo haga.
  En general, la evolución psicomotriz sigue la siguiente pauta:
    _ los niños se mantienen sentados sin apoyo entre los 7 meses y medio y 11 meses.
    _ los niños se sientan sin ayuda entre 9 meses y 12 meses.
    _ se sostienen de pie sin apoyo entre 11 meses y 16 meses.
    _ dan pasitos entre 10 meses y los 15 meses.
    _ caminan solo entre 11 meses y los 17 meses.
  Los margenes son muy amplios, porque unos son precoces y otros más lentos, y el hecho de madurar más tarde no indica que sean torpes.
    En primer lugar hemos de tener en cuenta que para el niño que gatea, ponerse de pie supone un reto magnifico. Y si ya domina la técnica del gateo, y se encuentra cómodo y a gusto con ella:¿ por que complicarse aprendiendo a caminar? Debemos ser pacientes y acompañar sus pequeños progresos al ritmo que el niño imponga.
Una caída, o un golpe fuerte en los primeros intentos, puede crearle inseguridad y miedo: golpes y porrazos de diferente calidad son inevitables e incluso necesarios al principio. La mayoría no suelen tener consecuencias graves. La actitud de los padres y educadores ante caída es muy importante, porque el niño percibirá si les preocupa o no, si se asusta o no, y de estas reacciones dependen los miedos que pueda adquirir el niño. Por lo general no hay que dar importancia a las caídas en las que el niño no le ocurre nada. Debemos atenderle, si, pero no hacer de ello un drama.
En relación con este ultimó aparece el siempre difícil y polémico tema de sobreprotección: en general debemos dejarle la máxima libertad de movimientos posible, que pruebe, que experimente, que se caiga las veces que sean necesarios...
Por lo que nuestra preocupación se centrará sobre todo el entorno: con el objetivo de eliminar todos los obstáculos y peligros que puedan entorpecer sus progresos.
No hay que olvidar el peso de la herencia, si alguno de los papas fueron tardones a la hora de aprender a andar,¿ por qué extrañarnos y alarmarnos cuando nuestro hijo también se muestra perezoso?
Aunque parezca un contrasentido algunos niños cuya talla y peso están por encima del percentil que corresponde a su edad, es decir, los niños ¨grandotes´´ presentan dificultades a la hora de aprender a andar.
Tened en cuenta que cualquier enfermedad o molestia le distraerá de estas tareas. Si está o ha estado enfermo habrá que dejarle que se recupere y no insistir con la practica.
En general: sólo debemos preocuparnos si evidenciamos un retraso en la marcha, cuando éste se asocia a otros problemas.

martes, 29 de enero de 2013




                El caso de Elena II



  Elena es una niña de 15 meses de edad y en la escuela infantil tiene dificultades de controlarse y comportase de acuerdo a las normas, además no dice ni una palabra hecho que a Miguel , su maestro de educación infantil le preocupa.
Miguel se plantea como poder atender a Elena de forma adecuada barajándose la posibilidad de que pueda tener un déficit auditivo.

    Ante la menor sospecha, consultar al especialista, que a través de estudios audiométricos, detectará el nivel de su capacidad auditiva. Son diversas las técnicas que desde el momento del nacimiento del bebe son capaces de detectar cualquier problema auditivo, ellas nos permitirán tomar las medidas necesarias que facilitaran al niño la adquisición del lenguaje dentro de los niveles de edad esperados...

Sabemos que estos mismos síntomas se presentan en otros trastornos de lenguaje que no tienen su origen en causas auditivas, de allí la importancia de realizar un diagnostico lo antes posible, que evite los tratamientos inadecuados y la perdida de tiempo.

El desarrollo del habla y del lenguaje dependen de la capacidad de oír, si el niño no escucha y no desarrollamos en el,habilidades auditivas, no será capaz  de aprender, ni reproducir los sonidos, no entenderá el significado de ellos y por lo tanto no podrá hablar.

Según Marchesi ( docente de Psicologia Evolutiva), existen una serie de factores que van a condicionar el desarrollo del alumno con déficit auditivo. Éstos son: el grado de intensidad de la pérdida auditiva, la edad de comienzo de la sordera, el origen de la sordera (congénita o adquirida) y las actitudes de los padres y madres ante la sordera.

  La familia es el primer contexto socializador por excelencia, el primer entorno natural en donde los miembros que la forman evoluciona y se desarrollan a nivel afectivo, físico, intelectual y social, según modelos vivenciados.
En este caso, los padres de Elena pasan mucho tiempo fuera de casa debido a sus trabajos y ésto no facilita el desarrollo de la niña. Aceptar que un hijo padece un tipo de déficit toma un tiempo de procesamiento, situación que varia de una familia a otra, de una persona a otra. Por ello es tan importante señalar la fortaleza, perseverancia que deben asentar los padres, pues ello facilitará o entorpecerá el desarrollo emocional-social del niño. Uno de los objetivos prioritarios , debe ser la formación e información de los padres, quienes forman parte del equipo educativo.
 Por el otro lado, el contexto escolar puede contribuir a brindar buenas oportunidades educativas que potencien al máximo las capacidades de cada niño o niña sean éstas las que sean. No se trata tanto de integrar niños con discapacidades en un medio normalizado, cuando más bien de concebir la escuela como un lugar donde tiene cabida la diversidad de niños y niñas que hay en nuestra sociedad.
Como educador infantil hay que utilizar técnicas especiales para llevar a cabo una actuación correcta con el niño o niña con déficit auditiva, como por ejemplo:
- realizar las adaptaciones necesarias para esta alumna echando mano de recursos pedagógicos que le permitan acceder al mismo currículum del niño oyente, ya que la finalidad de la escuela inclusiva es que los niños se integren en la sociedad.
- mirar a la cara cuando se hable con ellos; así podrán ver nuestro rostro. Se debe conseguir sin que se sienta obligada a hacerlo, a través de la expresión, la mirada, la mímica corporal, los gestos faciales..., son los que le llevan a buscarnos el rostro durante la comunicación. Si intentamos dirigir su mirada orientando su cara con nuestra mano cada vez que queramos hablarle, es muy probable que con el tiempo esta situación le resulte desagradable y que, a la larga, se produzca un bloqueo en la mirada. Esto no quiere decir que no podamos recurrir a tocarle en el cuerpo o incluso en la cara suavemente, cuando queramos avisarle de que nos vamos a dirigir a ellos. Esto último también se hace con los niños oyentes en ocasiones, y en otras, les llamamos por su nombre para que nos atiendan. Dada la importancia de que el alumno mire al rostro de su interlocutor (lectura labial), la situación ideal de comunicación es cuando nos mira de forma espontánea.
-cuando hablemos con ella nuestra situación ha de ser frente al rostro del alumno, no de lado ni ligeramente ladeado, con el fin de facilitar la lectura de los labios. La mejor situación es que nuestro rostro esté a la altura de sus ojos, por lo que el adulto debe adaptarse para conseguir este objetivo en los intercambios comunicativos.
-hablarle despacio, fundamentalmente para que puedan apreciar mejor el movimiento de los labios, pero sin que una excesiva lentitud dificulte la percepción de cada palabra como una totalidad, ni la secuencia de palabras.
-la vocalización ha de ser clara pero sin exageración, ya que se puede llegar a deformar la articulación y el movimiento de los labios en el intento de facilitar la lectura labial.

-se debe utilizar una comunicación practicamente normal, empleando frases sencillas pero completas.
-animarlos a que hable, a que contesten preguntas y a que tenga una participación similar a la de sus compañeros.

                                               
Para finalizar hay que decir que debemos admitir a los niños y niñas sin criterios discriminatorios o en todo caso, hacer una discriminación positiva, dando ventaja a aquellos que por sus condiciones precisan una educación infantil que compense en parte sus menores oportunidades.
                                  


domingo, 20 de enero de 2013


                      El caso de Elena

   Elena es una niña de 15 meses de edad y en la escuela infantil tiene dificultades de controlarse y comportase de acuerdo a las normas, además no dice ni una palabra hecho que a Miguel , su maestro de educación infantil le preocupa.
Miguel se plantea como poder atender a Elena de forma adecuada barajándose la posibilidad de que pueda tener un déficit auditivo.

    Ante la menor sospecha, consultar al especialista, que a través de estudios audiométricos, detectará el nivel de su capacidad auditiva. Son diversas las técnicas que desde el momento del nacimiento del bebe son capaces de detectar cualquier problema auditivo, ellas nos permitirán tomar las medidas necesarias que facilitaran al niño la adquisición del lenguaje dentro de los niveles de edad esperados...
Sabemos que estos mismos síntomas se presentan en otros trastornos de lenguaje que no tienen su origen en causas auditivas, de allí la importancia de realizar un diagnostico lo antes posible, que evite los tratamientos inadecuados y la perdida de tiempo.
El desarrollo del habla y del lenguaje dependen de la capacidad de oír, si el niño no escucha y no desarrollamos en el,habilidades auditivas, no será capaz  de aprender, ni reproducir los sonidos, no entenderá el significado de ellos y por lo tanto no podrá hablar.
Según Marchesi ( docente de Psicologia Evolutiva), existen una serie de factores que van a condicionar el desarrollo del alumno con déficit auditivo. Éstos son: el grado de intensidad de la pérdida auditiva, la edad de comienzo de la sordera, el origen de la sordera (congénita o adquirida) y las actitudes de los padres y madres ante la sordera.
  La familia es el primer contexto socializador por excelencia, el primer entorno natural en donde los miembros que la forman evoluciona y se desarrollan a nivel afectivo, físico, intelectual y social, según modelos vivenciados.
En este caso, los padres de Elena pasan mucho tiempo fuera de casa debido a sus trabajos y ésto no facilita el desarrollo de la niña. Aceptar que un hijo padece un tipo de déficit toma un tiempo de procesamiento, situación que varia de una familia a otra, de una persona a otra. Por ello es tan importante señalar la fortaleza, perseverancia que deben asentar los padres, pues ello facilitará o entorpecerá el desarrollo emocional-social del niño. Uno de los objetivos prioritarios , debe ser la formación e información de los padres, quienes forman parte del equipo educativo.
 Por el otro lado, el contexto escolar puede contribuir a brindar buenas oportunidades educativas que potencien al máximo las capacidades de cada niño o niña sean éstas las que sean. No se trata tanto de integrar niños con discapacidades en un medio normalizado, cuando más bien de concebir la escuela como un lugar donde tiene cabida la diversidad de niños y niñas que hay en nuestra sociedad.
Como educador infantil hay que utilizar técnicas especiales para llevar a cabo una actuación correcta con el niño o niña con déficit auditiva, como por ejemplo:
- realizar las adaptaciones necesarias para esta alumna echando mano de recursos pedagógicos que le permitan acceder al mismo currículum del niño oyente, ya que la finalidad de la escuela inclusiva es que los niños se integren en la sociedad.
- mirar a la cara cuando se hable con ellos; así podrán ver nuestro rostro. Se debe conseguir sin que se sienta obligada a hacerlo, a través de la expresión, la mirada, la mímica corporal, los gestos faciales..., son los que le llevan a buscarnos el rostro durante la comunicación. Si intentamos dirigir su mirada orientando su cara con nuestra mano cada vez que queramos hablarle, es muy probable que con el tiempo esta situación le resulte desagradable y que, a la larga, se produzca un bloqueo en la mirada. Esto no quiere decir que no podamos recurrir a tocarle en el cuerpo o incluso en la cara suavemente, cuando queramos avisarle de que nos vamos a dirigir a ellos. Esto último también se hace con los niños oyentes en ocasiones, y en otras, les llamamos por su nombre para que nos atiendan. Dada la importancia de que el alumno mire al rostro de su interlocutor (lectura labial), la situación ideal de comunicación es cuando nos mira de forma espontánea.
-cuando hablemos con ella nuestra situación ha de ser frente al rostro del alumno, no de lado ni ligeramente ladeado, con el fin de facilitar la lectura de los labios. La mejor situación es que nuestro rostro esté a la altura de sus ojos, por lo que el adulto debe adaptarse para conseguir este objetivo en los intercambios comunicativos.
-hablarle despacio, fundamentalmente para que puedan apreciar mejor el movimiento de los labios, pero sin que una excesiva lentitud dificulte la percepción de cada palabra como una totalidad, ni la secuencia de palabras.
-la vocalización ha de ser clara pero sin exageración, ya que se puede llegar a deformar la articulación y el movimiento de los labios en el intento de facilitar la lectura labial.
-se debe utilizar una comunicación practicamente normal, empleando frases sencillas pero completas.
-animarlos a que hable, a que contesten preguntas y a que tenga una participación similar a la de sus compañeros.

Para finalizar hay que decir que debemos admitir a los niños y niñas sin criterios discriminatorios o en todo caso, hacer una discriminación positiva, dando ventaja a aquellos que por sus condiciones precisan una educación infantil que compense en parte sus menores oportunidades.



domingo, 25 de noviembre de 2012

La sesión de psicomotricidad 2

          La  sesión de psicomotricidad 2








Sandra es psicomotricista vivencial y en su próxima sesión de psicomotricidad prepara la aula con mucho cuidado porque uno de sus alumnos, Eric, acaba de tener un hermanito y cree que con su trabajo sensoriomotriz puede ayudar a observar y analizar  las emociones del niño.
La psicomotricidad vivenciada es una disciplina que parte de un concepto diferente de la educación del niño.
En la actividad de psicomotricidad, integrada dentro del horario escolar, aporta una visión amplia del desarrollo global de cada alumno, permitiendo observar su evolución no soló a un nivel cognitivo o intelectual sino también a nivel emocional, afectivo y social. Los psicomocitristas son los "vigilantes", por así decirlo, del desarrollo de cada niño, pudiendo detectar y prevenir dificultades e intervenir siempre que se considera necesario, para que ese desarrollo sea lo más favorable posible.
La psicomotricidad es una invitación a comprender lo que expresa el niño de su mundo interior por la vía de la motricidad.

Cada niño e único e irrepetible. La llegada de un bebé al hogar debe producirse en un ambiente de normalidad.
Todos conocemos, que la llegada de nuevo hijo al hogar supone todo un cambio para el sistema familiar.
Este cambio requiere una adaptación distinta. Es importante darle al niño una información lo más natural posible, mostrarle serenidad ante el acontecimiento y cierta indiferencia. Eso le dará sensación de seguridad y le hará pensar que no hay motivo de preocupación.
Es habitual ver conductas regresivas en los niños, como volver a pedir el biberón o el chupete, porque el "hermanito" lo hace. Es importante frenar esta regresión desde el primer intento y no ceder, aunque habrá que restarle importancia y desde luego no humillarle. El niño que se comporta como si fuera "más pequeño" no debe hacer gracia ni obtener mejores atenciones. al contrario, se le debe prestar menos atención en esos momentos, ya que cunado se de cuenta de que si hace" tonterias" no se le hace caso, y se comporta de un modo normal si se le hace caso, esas conductas tenderán a desaparecer.

En conclusión, sigo pensando que Sandra hace bien en dar  importancia al hecho de que uno de sus alumnos acaba de tener un hermanito.Creo que la psicomotricidad, su conocimiento y su practica, puede ayudarnos a todos a comprender y mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos, con los objetos y con las personas que nos rodean. La psicomotricidad se fundamenta en una globalidad del ser humano, principalmente en la infancia, que tiene su nucléo de desarrollo en el cuerpo y en el conocimiento que se produce a partir de él.

La psicomotricidad es algo más que una técnica que se aplica, algo más que un conocimiento que se adquiere. Es, o ha de ser, una forma de entender las cosas que se vive, que se siente, que se exprima, y que nos sitúa en una actitud de disponibilidad, que supone la comprensión, el respeto y el favorecimiento del cambio y del desarrollo en nosotros mismos y en los demás.


domingo, 11 de noviembre de 2012

La sesión de psicomotricidad 1


       La sesión de psicomotricidad 1
Sandra se ha especializado en Psicomotricidad siguiendo el método propuesto por Bernard Aucouturier. Como psicomotricista vivencial, sabe que en cada sesión los niños explorarán libremente el tipo de movimiento que les resulte más acorde con su vivencia personal del momento. Sin embargo, ella puede preparar la sala para potenciar un tipo de trabajo en especial. Ahora está preparando su próxima sesión de psicomotricidad con sumo cuidado, ya que uno de sus alumnos, Eric, acaba de tener un hermano, y cree que un trabajo sensoriomotriz podría ayudarle a observar y analizar las emociones del niño.
¿Te parece adecuado? ¿Como actuarías?




Sandra es psicomotricista vivencial y en su próxima sesión de psicomotricidad prepara la aula con mucho cuidado porque uno de sus alumnos, Eric, acaba de tener un hermanito y cree que con su trabajo sensoriomotriz puede ayudar a observar y analizar  las emociones del niño.
La psicomotricidad vivenciada es una disciplina que parte de un concepto diferente de la educación del niño.
En la actividad de psicomotricidad, integrada dentro del horario escolar, aporta una visión amplia del desarrollo global de cada alumno, permitiendo observar su evolución no soló a un nivel cognitivo o intelectual sino también a nivel emocional, afectivo y social. Los psicomocitristas son los "vigilantes", por así decirlo, del desarrollo de cada niño, pudiendo detectar y prevenir dificultades e intervenir siempre que se considera necesario, para que ese desarrollo sea lo más favorable posible.


 La psicomotricidad es una invitación a comprender lo que expresa el niño de su mundo interior por la vía de la motricidad.

Cada niño e único e irrepetible. La llegada de un bebé al hogar debe producirse en un ambiente de normalidad.


Todos conocemos, que la llegada de nuevo hijo al hogar supone todo un cambio para el sistema familiar.
Este cambio requiere una adaptación distinta. Es importante darle al niño una información lo más natural posible, mostrarle serenidad ante el acontecimiento y cierta indiferencia. Eso le dará sensación de seguridad y le hará pensar que no hay motivo de preocupación.
Es habitual ver conductas regresivas en los niños, como volver a pedir el biberón o el chupete, porque el "hermanito" lo hace. Es importante frenar esta regresión desde el primer intento y no ceder, aunque habrá que restarle importancia y desde luego no humillarle. El niño que se comporta como si fuera "más pequeño" no debe hacer gracia ni obtener mejores atenciones. al contrario, se le debe prestar menos atención en esos momentos, ya que cunado se de cuenta de que si hace" tonterias" no se le hace caso, y se comporta de un modo normal si se le hace caso, esas conductas tenderán a desaparecer.
En conclusión, creo que Sandra hace bien en dar  importancia al hecho de que uno de sus alumnos acaba de tener un hermanito.Creo que la psicomotricidad, su conocimiento y su practica, puede ayudarnos a todos a comprender y mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos, con los objetos y con las personas que nos rodean. La psicomotricidad se fundamenta en una globalidad del ser humano, principalmente en la infancia, que tiene su nucléo de desarrollo en el cuerpo y en el conocimiento que se produce a partir de él.

La psicomotricidad es algo más que una técnica que se aplica, algo más que un conocimiento que se adquiere. Es, o ha de ser, una forma de entender las cosas que se vive, que se siente, que se exprima, y que nos sitúa en una actitud de disponibilidad, que supone la comprensión, el respeto y el favorecimiento del cambio y del desarrollo en nosotros mismos y en los demás.


domingo, 4 de noviembre de 2012

 



                              El caso de Marta II

      Sigo manteniendo mi opinión respeto al caso de  Marta, pero si pienso que Laura , la maestra , debería dar más consejos a la mama de Marta sobre como actuar en estas circunstancias.